jueves, 23 de abril de 2015

AL SABER QUE CERVANTES Y SHAKESPEARE MURIERON EL MISMO DÍA

Nuestro célebre Ray Bradbury dedicó este poema a Shakespeare y Cervantes, al saber que ambos dejaron nuestro mundo el mismo día. Qué mejor homenaje que dedicarles a estos dos gigantes de la literatura universal, que pensaron, leyeron y escribieron en dos de las lenguas más extendidas de todo el orbe, un poema donde se funden los dos talentos. Ray Bradbury, con este poema, hizo posible el encuentro entre los dos escritores dentro de la fenomenología del verso. Esta es la traducción del poema al español en la edición de Cátedra (Letras Universales):

POEMA ESCRITO AL SABER QUE SHAKESPEARE Y CERVANTES MURIERON EL MISMO DÍA
El gran Shakespeare desaparecido, Cervantes fallecido y el sol que desciende al mediodía. El amanecer rechaza la luz. El tiempo contiene el aliento
ante esta mortal coincidencia
¿y puede ser?, ¡cómo puede ser
que estos dioses mellizos se marchen a la oscuridad
los dos el mismo día!, y que nadie detenga
la siega de esta cruel cosecha
cada una en su campo, y cada una tan brillante,
ambas, ardiendo, alejaron la noche.
Ahora que la noche regresa para apropiarse de sus derechos, ¿A Liberar un Espíritu? ¡No! La Muerte se lleva dos. Primero uno. El mundo anda desnivelado
¡pues dos! Y el mundo entonces se vuelve a equilibrar. Dos choques de Cometas en una semana,
primero España, luego el boquiabierto rostro de Inglaterra. El mundo enmudece de pánico y miedo,
la Antártida se derrite en lágrimas,
y los fantasmas de los Césares violentados, aparecen
las amazonas con los ojos totalmente ensangrentados,
una edad ha concluido, aunque debe quedar
como testigo de un día brutal
en el que el absurdo Dios nos dejó solos
al dar muerte a William, y después a su clon español. ¿Quién osará evaluar semejantes plumas?
No volveremos a ver tales mellizos de nuevo.
Shakespeare ha desaparecido, ¿y Cervantes muerto?
Las arterias de Dios se han desangrado.
y sin Luz, y enterrado el barro,
pues dos Titanes se han ido en un solo día,
los dos derribados por un certero golpe de la muerte, Cristo contempla con asombro sus heridas. Dios contiene
[la respiración. Y nosotros nos quedamos consternados por caídas mellizas,
la inmensidad del día horroriza
como si un tribunal de Reyes,
desde los Césares hasta nuestros Asuntos Reales,
un desfile de lujosa realeza
que se ahogara en la obscenidad del Tiempo,
pues alguien esto ordenó: «Que mueran dos gigantes». Primero un ojo y después el otro,
Dios cerró el grande, ¿entonces el más grande sueño no es bastante? No, parecería
un vacío medio lleno si Shakespeare, perdido descendiera a la muerte justo al pistoletazo del ocaso. Así pues lamentando, después riendo,
Dios cogió y llenó la otra mitad.
Cervantes avanzó por el umbral
para llenar y colmar el corazón del Cometa.
Dios los envió a los dos, estrellas gemelas cuyo fuego alumbró ballenas y hermosas bestias de alquiler
y muchos años ya suspirando por los paseos
donde Cervantes más Shakespeare esconden
su caída. Ecos golpeteados por el Escenario
y aun así imaginamos nuestra atrocidad
porque donde se encuentra el sentido de esto echamos de menos nuestra mano izquierda y derecha que aplaudían juntas
a Dios y a la Primera Causa Cósmica.
Pero Cervantes y el Bardo helados están
¿dos Sueños salvajes en un mudo molde de tierra? Que todos los ecos fluyan con las mareas
donde los cometas sean sus deslumbrantes novias
y Cervantes y el impúdico Will
disputen nuestras ascendentes esperanzas
y nos despierten del espantoso sueño
para gritar: «¿El Quijote, Hamlet, muertos? ¿En un aciago día? ¡Déjalo!, venga. ¡Vamos!». No veré tales funerales.
Sus tumbas, sus lápidas, las rechazo.
Prestadme sus libros, mostradme sus Musas.
Al final del día o, a más tardar, de la semana,
ruego a Cervantes/Shakespeare que hable
para colmar mi corazón, para llenar mi cabeza
¿de qué? Del Gran Don. Del Buen Lear. No han muerto.
[¡No han muerto!
Bibliografía: Ray Bradbury, Poesía completa, Madrid, Cátedra, 2013.


ON LEARNING THAT CERVANTES AND SHAKESPEARE BOTH DIED ON THE SAME DAY

RAY BRADBURY wrote this poem dedicated to William Shakespeare and Cervantes, since both died on the same date:


A POEM WRITTEN ON LEARNING THAT SHAKESPEARE AND CERVANTES BOTH DIED ON THE SAME DAY
Great Shakespeare lost, Cervantes gone The sun at noon goes down. The dawn Refuses light. Time holds its breath
At this coincidence of death
Then can it be? and is it so
That these twin gods to darkness go
All in a day! and none to stop
The harvesting of this fell crop
Each in its field, and each so bright
They, burning, hurled away the night.
Yet night returns to seize its due,
One Spirit Spout? No! Death takes two.
First one. The world goes wry from lack Then two! tips world to balance back.
Two Comet strikes within a week,
First Spain, the dumbstruck England’s cheek. The world grinds mute in dreads and fears Antarctica melts down to tears,
And Caesars ghosts erupted, rise
All bleeding Amazons from eyes,
An age has ended, yet must stay
As witness to a brutal day
When witless God left us alone
By deathing Will, then Spanish clone.
Who dares to try and gauge each pen
We shall not see such twins again. Shakespeare is lost, Cervantes dead?
The conduits of God are bled
And gone the Light, and shut the clay
Two Titans gone within a day,
Two felled by one sure stroke of death,
Christ gapes his wounds, God stops his breath. And we are staggered by twin falls
The vastness of the day appalls
As if a tribunal of Kings
From Caesars down to our Royal Things,
A pageant of rich royalty
Were drowned in Time’s obscenity.
Who ordered thus: «Two giants — die.» First one and then our other eye
God shut the great, then greatest dream One not enough? No, it would seem
A void half full if Shakespeare, done
Went down to doom at sunset’s gun.
So then lamenting, then with laugh,
God seized and filled the other half. Cervantes pulled across the sill
To heart of Comet brim and fill.
God sent both forth, twin stars whose fire Birthed whales and beauteous beasts for hire And long years since we beg for rides
Where Cervantes plus Shakespeare hides Their fall? knocked echoes round the Stage And still we reckon our outrage
Because where is the sense in this
Our left hand and our right we miss
Which clapped together made applause
For God and Primal Cosmic Cause.
But Cervantes and Bard strewn cold
Two wild Dreams in one dumb soil mold? Let all the echoes flow in tides
Where comets are their flowering brides And Cervantes and bawdy Will
Do windmill fight our hopes uphill
And rouse us up in nightmare bed
To cry: Quixote, Hamlet, dead?
In one fell day? Get off! Get. Go!
Such funerals I will not know.
Their graves, their stones, these I refuse. Lend me their books, show me their Muse. By end of day or, latest, week,
I bid Cervantes/Shakespeare speak
To brim my heart, to fill my head
With what? Good Don. Fine Lear. Not dead. Not dead!



Bibliography: Ray Bradbury 2002: I live by the Invisible: New and Selected Poems. Salmon Poetry: Ireland]