viernes, 11 de abril de 2014

Ray Bradbury en España

RAY BRADBURY EN ESPAÑA


Sí, en efecto, era el 8 de julio de 1991 cuando el director de obras canónicas de nuestra filmografía en español como Volver a empezar (1982), El abuelo (1998) o Ninette (2005), fiel seguidor y profundo conocedor del talento imaginativo-literario de Ray Bradbury toma asiento, junto al maestro de la ciencia-ficción más fantástica, para ver la proyección de la película Fahrenheit 451, dirigida por François Truffaut en 1966 y basada en la novela homónima de Bradbury. A la proyección del filme le sigue un debate que, sin ningún género de duda, es mucho más esperado que la propia película. El autor y creador de nuevos mundos allende las estrellas, por donde no pocos de sus personajes circulan en autopistas intergalácticas de igual modo que nosotros lo hacemos hoy en día en coche o bicicleta, no incluye el avión, pero ni siquiera el coche, entre sus medios favoritos de transporte. Es más, nunca duda en admitir cierto miedo a viajar en avión, medio de transporte que utiliza por primera vez a los 60 años. De ahí que no viniera más veces a España ni a tantos otros destinos que se han quedado esperándolo. Sus viajes, por tanto, eran casi obligados y, casi siempre, por carretera. Tal vez por esos miedos instintivos a viajar por el espacio, como algunos de sus protagonistas, es por lo que sus viajes más largos se dan por las carreteras de las tierras mejicanas y por autopistas norteamericanas. No hay que olvidar que en el año 1966 publica un relato corto, «The Pedestrian» (El peatón), que sirve de guión para una obra de teatro con la que Bradbury elogia y reivindica el uso de las piernas para viajar. El protagonista del cuento no es otro que el propio Bradbury  a quien es sabido le encantaba salir a pasear, a deambular en solitario por los alrededores de casa en Los Ángeles. Al protagonista le ocurre lo que al autor, que en cierta ocasión una patrulla policial lo detiene y lo lleva a comisaría para explicar "¿qué narices hace usted andando solo por la calle de noche?". Ray Bradbury se queja de que en su país ya no se puede ir por la calle andando, sino en cualquier método de transporte, y si es mecánico mejor; pero el mejor y menos discutido, el avión. Pues con todos esos prejuicios y miedos hacia el avión, a un mes de cumplir los 71 años, José Luis Garci logra hacerlo subir al avión para venir a España, a Madrid, donde la viuda de Jorge Luis Borges, María Kodama, dirige el curso  Literaturas Fantásticas, celebrado en El Escorial y organizado por la Universidad Complutense de Madrid. José Luis Garci ya había conocido a Bradbury unos veinte años atrás en Los Angeles y, no en vano, en el año 1971 firma un magnífico ensayo sobre la vida y obra de Ray Bradbury titulado Ray Bradbury, humanista del futuro, de 376 páginas, en la editorial Helios. Hasta la fecha se trata del primer estudio bioliterario sobre Ray Bradbury en español, título que el propio Ray Bradbury celebra y en el que incluye una agradecida y emotiva Introducción. Ray Bradbury no volvió a España más, pero podemos y debemos estar orgullosos de que al menos nos visitó una vez y nuestro país se convierte en uno de los pocos y contados destinos foráneos que visitara gracias a la mediación de José Luis Garci, quien ya en su citado ensayo dijera: «Waukegan [la Ciudad Verde] es el planeta favorito de Ray Bradbury». Sí que es cierto, su Waukegan natal, su Green Town, es para Ray Bradbury uno de sus más constantes leitmotivs literarios, presente en la práctica totalidad de su vasta creación literaria —consciente y también inconscientemente—, que como una misteriosa fuerza mística y telúrica llega incluso a contagiar el subconsciente de muchos de sus lectores, entre estos el mío y seguramente el del mismísimo Garci, quien, tal vez sin saberlo o a sabiendas,  filma y dirige en 1979 una película que titula Las verdes praderas, cuyo contenido poco tiene que ver con los temas bradburianos, si bien el título nos devuelve a esas infinitas y verdes praderas de la eterna Ciudad Verde de Bradbury. Nota Bene: para una lectura completa y detallada sobre el presente apartado véanse las páginas 9—12 de nuestra Introducción en Ray Bradbury, poesía completa (Madrid: Cátedra), 2013.


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